viernes, 10 de octubre de 2008

COMODIDAD INTERNA... VOL I


... Corro como un poseso por las calles siguiendo una sombra negra que porta mi bolsa de deporte. Cruza, yo cruzo mirada fija al mangante. Se monta en un vehículo, yo hago lo mismo y digo al chófer que le siga. El conductor aguza su mirada hacia mi y me responde con cara de incredulidad que me he montado en el metro (parada aérea).

Horas Antes

La Noche fue de fábula. La lluvia se estrellaba contra el techo de mi buhardilla y la sensación era acogedora. Hacíamos el amor con pasión desatada (de gavilanes). Dueño absoluto de cada milímetro de su piel me regocijaba en ella; los pliegues, sus lunares, sus maravillosas imperfecciones, la locura del color y el olor de su piel, sus pecas... TODO era mio. Después de tanto frenesí llegó la calma, extasiado y feliz por el fatuo momento me quedé dor, dorm, dormi, dormido.

Desperté y la oscuridad seguía adueñándose de cada rincón. Embelesado por el pretérito momento alargué mi mano para comprobar que un sueño no había hecho, nuevamente, de las suyas. Su suavidad me hizo esbozar una sonrisa, ¡que bien comienza el día! pensé. Al girarme me encontré con que el despertador estaba apagado, encendí la luz pero no se hizo... Doy un respingo (¿tan bien lo pasamos que hicimos saltar los plomos?) miro el reloj de pulsera del cajón de la mesa de noche, las 6:30. Meeeeeeeeeeec. LLego tarde.

Brinco, vuelo, me precipito, y rebotando tomo la bolsa de deporte y llego al coche después del típico aseo matutino. Cuando llego al trabajo me siento y noto una textura distinta, extraña sensación de comodidad en mis posaderas. Miro la agenda y hoy tengo revisión médica. Después de adelantar trabajo entro al cuarto de baño y... me doy cuenta de la situación.

Roja, de encaje, monísima y con un más que apreciable escrito en inglés "eat me" en la tira delantera de las tangas que me había puesto fruto de la celeridad del momento (maldita manía de compartir cajones para la ropa interior). Bajo las escaleras riéndome de la situación y mientras notaba la comodidad de la prenda sentado en el sillón del mi coche llego a la trival revisión médica con Rosana. Cada año igual; la vista, la tensión arterial, el estómago, los ganglios, esta vez toca audiometría.

Entro en el despacho, acierto en mis predicciones pero una frase suya rebota en mi mente [sonido hueco on]"quítate los pantaloneeees"[sonido hueco off] (sonido hueco porque con lo poco que había dormido, mis neuronas estaban escondidas) mientras ella explicaba el por qué de esta oscultación, yo no hacía otra cosa que pensar en una disculpa. Vamos, Vamos exprime tu cerebro, tienes sangre corrosiva, busca una justificación. "-tengo dolor de barriga. - No seas cagueta, ya somos adultos, bájate el pantalón. Sin pensármelo me los coloco a la altura de los tobillos. Rosana, superada por el momento e intentando relajar la situación me dice que no pensaba que tuviéramos tanto en común. Se agacha y lee "eat me" -Ya he desayunado, gracias, me dice. Al darme la vuelta, intento explicarle la situación pero me sale "-Esta tira trasera me esta matando, esto fue un error de... riiiiiing, suena su móvil. Termina de hablar y me dice que ya tiene los elementos necesarios para elaborar su informe que será enviado a la junta directiva. Hace que escribe y piensa en voz alta; roja, de encaje, ligera abertura vertical y con el escrito...Jeje muy graciosa, ya me puedo ir?.Acabada la revisión llego al trabajo intentando olvidarme de la situación.

Después de 20 minutos de trayecto,entro en la oficina y me da la impresión de que todos se miran con sonrisa cómplice, cuchichean, murmuran... Me acomodo en mi sillón (hoy más cómodo que nunca) y mientras estiraba el cuerpo para coger la grapadora, la cruz trasera de la tanga reluce en todo su esplendor como diciendo "Holaaaa, aqui estoy yo. Hay chica nueva en la oficinaaaa , a que hoy estoy sexy". Entran 3 compañeros al despacho y yo en posición "eat me behind".
Termino mi surrealista jornada laboral y al acabar de comer con la bolsa a cuesta voy a gimnasio para relajarme y machacar mis músculos y por ende mis pensamientos. Dejo la bolsa en el suelo mientras compro mi revista mensual (fotogramas) y.... Mi mochila corría junto a un tipo que la agarraba de las tiras a velocidad terminal. Corro como un poseso por las calles siguiendo una sombra negra que porta mi bolsa de deporte. Cruza, yo cruzo mirada fija al mangante. Se monta en un vehículo, yo hago lo mismo y le digo al chofer que le siga. El conductor aguza su mirada hacia mi y me responde con cara de incredulidad que me he montado en el metro.... [continuará...]

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